01 junio 2009

"¿SABIAS QUE...?" (PRIMERA PARTE) POR NACHO MONTALDO.

Muchas son las biografías que sobre Poe se han escrito. Muchos son los escritores que influenciados por su obra, han dicho y desdicho muchas verdades y no verdades sobre él. De hecho, pueden encontrarse diversas teorías y muchas contradicciones, no solo de su muerte y sus causas, sino incluso sobre su nacimiento y las circunstancias que envolvieron el desarrollo de su personalidad.

El montaje de una obra de teatro como la que tenemos entre manos nos obliga y nos ofrece conocer a su protagonista (o a intentar conocerlo), investigar sobre su vida, sus circunstancias, todo aquello que le ha influenciado en su forma de ser, de sentir, de ver a los demás y al mundo que le rodea y más allá, y que se refleja en gran medida en los personajes por él creados. Conocerle y que encontremos una idea propia de él, nos dará la clave para alcanzar un resultado en nuestro proyecto a la altura de su protagonista.

Sirva para ello esta “mini-sección”, en la que se pretende ofrecer pinceladas de la personalidad y vida de Poe con la que intentaremos dar a conocer algo más de este enigmático y fascinante autor.

ACTO I.- Es común la imagen de un E.A.P. con una vida corta y desgraciada, dominada por la depresión, las desgracias, la melancolía, el alcohol y las drogas, y que ello sería el germen de su literatura. Es cierto que en gran medida las desgracias personales de un artista son materia prima para desarrollar su obra, pero este no es el caso de Poe. Hay quien dice que el 99% de las exóticas historias que narra ocurren en escenarios que nunca visitó y en culturas y en contextos de los cuales no tuvo suficiente información. La mayoría de ellas emanaban libre y espontáneamente de su mente y de sus alucinantes visiones. ¿Increíble no?

"¡ Es verdad ! Soy nervioso, muy nervioso, horrorosamente nervioso. Siempre lo he sido. ¿Pero por eso pretenden que esté loco? El desarrollo de la enfermedad ha terminado por agudizar mis sentidos, pero sin destruirlos ni embotarlos. Tenía el oído muy fino, ninguno le igualaba, he escuchado todas las cosas del cielo y de la tierra, y no pocas del infierno. ¿Cómo he de estar loco?..."

E.A.P. "El corazón delator".

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